Mientras la crisis económica golpea al pueblo, la vieja élite política sigue enfrascada en disputas de poder

La Paz, 26 de abril de 2025 — Bolivia enfrenta una preocupante combinación de crisis económica, desconfianza institucional y ausencia de nuevos liderazgos. La política nacional continúa dominada por los mismos actores de siempre: figuras recicladas que han hecho de la política un modo de vida, más interesados en su supervivencia electoral que en el bienestar del país.
Tanto desde la izquierda como desde la derecha, los discursos se repiten. Se anuncian soluciones mágicas y promesas de cambio que, una vez en el poder, se diluyen en la inacción o la corrupción. En este panorama, la ciudadanía se siente cada vez más desamparada y escéptica.
“No hay caras nuevas. Son los mismos de siempre, los mismos discursos, las mismas mentiras. El país necesita una renovación real, no más parches ni más promesas vacías”, expresa con frustración un joven universitario en Cochabamba.
La falta de propuestas serias para enfrentar la crisis económica —marcada por el alza del costo de vida, el desempleo y la caída de la inversión— profundiza el malestar social. Mientras tanto, las élites políticas se dedican a disputas internas, acusaciones cruzadas y maniobras para mantenerse en el poder.
Los bolivianos claman por una política distinta, centrada en el trabajo, la honestidad y el desarrollo. Pero en el escenario actual, dominado por “dinosaurios políticos”, esa renovación aún parece lejana.